La producción actual exige cinco o seis tipos de capacidades para ser empleables y/o autogestionarios. La primera es la cognitiva: para poder trabajar hay que tener capacidad de pensar. Entre otras cosas, porque el mundo se modifica rápidamente y la generación que se incorpora al mundo laboral deberá cambiar de trabajo entre 5 y 7 veces a lo largo de su vida y adaptarse a los nuevos trabajos; y si está en el mismo empleo o emprendimiento, lo que va a cambiar es el perfil de los mismos.
El segundo grupo de capacidades son las interactivas: tratar e interactuar con otros. Ejercitarse en el trabajo en equipo y en la resolución de conflictos.
El tercer tipo de competencias se refiere a las metacognitivas: aprender a autogestionar procesos de aprendizaje a lo largo de toda la vida.
El cuarto son las capacidades éticas, las que permiten discernir entre lo “bueno” y lo “malo”, de acuerdo con el contexto sociocultural.
Un quinto grupo de capacidades hace alusión al manejo de habilidades administrativas y gerenciales e informáticas, incluyendo la inteligencia artificial.
Un sexto grupo de capacidades es reservar espacios para ejercitar y/o disfrutar de las expresiones artístico-culturales; como un gran acicate para dar rienda suelta a la intuición, a la fantasía, la sensibilidad y la creatividad.
Estas capacidades se ofrecen en baja proporción o no se forman en nuestra escuela de hoy: en ella se transmite básicamente información, con menor eficacia que la televisión o Internet.
Para generar estas capacidades, no se necesitan escuelas “pegadas” a las empresas sino asumir el desafío de brindar un proceso integral de enseñanza-aprendizaje, que tenga que ver con la lógica productiva del nuevo milenio pero que incluya valores solidarios y un compromiso con un proyecto de país.
Y aunque habrá menos empleo al estilo clásico, la apuesta educativa debe ser ética: brindar a todos la posibilidad de adquirir las competencias para que el mucho o poco empleo disponible este al alcance de todos e informar y debatir en torno a los nuevos trabajos y a la alternativa de posicionarse como emprendedor individual o asociado.
Mario Cesar Elgue
Presidente del Consejo de Administración